¿Tiene usted tres minutos para hablar de… Pet Shop Boys, antes y ahora?
El documental "Pet Shop Boys: Then and Now!" me hace pensar que Neil Tennant y Chris Lowe son precisamente el tipo de persona en la que quiero convertirme: cero despotismo, todo humanismo.
“Las sonrisas en las fotografías son una falsedad. ¿Por qué habrías de sonreír mientras te sacan una foto, estando como estás en una situación terriblemente aburrida y tediosa?”, afirmaba Chris Lowe en el libro “Pet Shop Boys, Literalmente” que se publicó originalmente en el año 1990 (y que puede encontrarse en una preciosa edición española a cargo de la editorial Contra). Esta era la postura en firme de un dúo que en sus inicios hizo un juramento: no sonreír nunca ni en las fotos de promo ni sobre el escenario.
Será por eso que me sorprende y me alegra (y me derrite el corazón) que una de las imágenes promocionales de “Pet Shop Boys: Then and Now!”, el documental de Louise Lockwood (que puede verse en Movistar+), muestre a Neil Tennant y al mismo Chris Lowe del párrafo anterior riendo a mandíbula batiente. Una foto de promo que marca la diferencia abismal entre la banda que eran antes… y la que son ahora. O, por lo menos, el ahora de esta cinta que retrata el chupinazo de inicio del “Dreamworld Tour” que también actuó a modo de bisagra entre los discos “Hotspot” y el reciente “Nonetheless”.
Esta diferencia entre los Pet Shop Boys de antes y los de ahora también queda retratada en otra imagen gloriosa del documental: Tennant y Lowe caminando a través de las calles y paisajes de Londres como lo hicieran en los videoclips de sus inicios, serios, hieráticos, fríos, elegantes… De repente, sin embargo, el segundo se echa a reír y, mientras el primero (más o menos) mantiene el caminar poser, explica a la cámara “si esto fueran los 80, habría gente caminando hacia atrás mientras nosotros caminamos hacia delante”. Y se echa a andar hacia atrás.
Los Pet Shops Boys de 2025 son los Pet Shop Boys que conocemos de sobra y que Lockwood vuelve a retratar desde el cariño absoluto: el arquitecto y el periodista que se juntan gracias a sus gustos musicales, su obsesión inicial con Bobby O., aquella Época Imperial en la que no podían parar de lanzar temazo tras temazo… El productor Stuart Price (responsable del sonido de la trilogía formada por “Electric”, “Super” y “Hotspot”) los define a la perfección: “Siempre han traído imaginación, curiosidad… Y han conseguido hacerlo de una forma que es a la vez desenfadada, introspectiva y perspicaz. Esa es una mezcla realmente difícil de conseguir.”
Lo interesante es que el documental también aborda unas últimas décadas de las que se ha hablado menos, abordando directamente el carácter político de gran parte de su producción más reciente (por mucho que Tennant afirme que el único disco realmente político que tienen es “Fundamental”) o la reinvención de Pet Shop Boys a través de la mencionada trilogía de Stuart Price. Obviamente, también entran al trapo con el territorio que se abre por delante del dúo gracias a la producción de Richard Ford que ya ha empezado a sentirse poderosamente en el “Nonetheless” que estaban grabando (entre siesta y siesta de Lowe en el sofá del estudio) en el momento de la filmación de este documental.
En el prólogo del mencionado “Pet Shop Boys, Literalmente”, Neil y Chris también comentaban lo siguiente: “Para ser dos personas a las que oficialmente no les gusta hablar de sí mismas, no nos quedamos cortos”. Y esta capacidad que tenían “then” de reírse de tus propias contradicciones es lo que arrebata comprobar que sigue intacto “now” en dos artistas que, vuelvo a pensar una y otra vez, son el modelo definitivo del tipo de ser humano en el que quiero convertirme a medida que me voy haciendo más y más viejo.
Porque, tal y como se observa en el documental, los Pet Shop Boys son ya dos señores mayores a los que todo su entorno acude no solo por las anécdotas y consejos (musicales, emocionales, vitales) que valen millones, sino sobre todo en busca de una calidez emocional cercana y arropadora. Uno de los músicos que los acompañan en la gira los describe como esos tíos guays con los que puedes aprender y divertirte a la vez.
No puedo dejar de pensar que esa es la combinación más valiosa que puede existir en una persona: un conocimiento dispuesto a ser compartido pero con la empatía suficiente como para compartir ese conocimiento de forma horizontal y no vertical, no de arriba hacia abajo sino entre colegas e iguales. Cero despotismo y esnobismo. Todo humanismo.
Y sé que lo tengo jodido. Como una persona que se crió en Barcelona, tengo muy pero que muy inculcado el despotismo y el esnobismo. El miedo a que me dieran collejas culturales (“¿perdona, no has leído / visto / escuchado esto que es lo mejor del mundo y que eres imbécil por desconocer?”) me convirtió en un personaje (absurdo) que da collejas culturales (absurdas) para demostrar un estatus que realmente no le interesa a absolutamente nadie… Pero, ¿no reside precisamente en eso el poder del buen arte y los mejores artistas? ¿En darte las fuerzas suficientes para cambiar y ser mejor persona? Pues eso: gracias, Pet Shop Boys, por hacer que quiera ser mejor persona.
¿Tiene usted más de tres minutos?
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Las galletas saludables no existen: 😢 hahaha