En una ocasión, me enamoré de un chico mientras hablábamos a altas horas de la madrugada sentados en un banco de Plaça Catalunya mientras nos reíamos de los pequeños ratoncillos que saltaban por aquí y por allá al amparo de la oscuridad.
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¿Tiene usted tres minutos para hablar de…
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En una ocasión, me enamoré de un chico mientras hablábamos a altas horas de la madrugada sentados en un banco de Plaça Catalunya mientras nos reíamos de los pequeños ratoncillos que saltaban por aquí y por allá al amparo de la oscuridad.